Las materias primas agropecuarias tuvieron ayer un verdadero martes negro, con caídas de entre 5% y 7% tras operar durante toda la jornada al límite de bajas permitidas en el mercado de Chicago.

La fortaleza del dólar sumada a preocupaciones por medidas de control de inflación que dejó entrever China y la crisis financiera que atraviesa Irlanda y que amenaza con convertirla en la nueva Grecia sepultaron la leve recuperación que habían registrado los commodities agrícolas en el comienzo de la semana.

Esa mejora efímera, que había entusiasmado a los analistas, se produjo luego de que el viernes último los contratos a futuro en Chicago ya había retrocedido a los límites de baja diaria permitida en esa plaza, también ante el temor de que China subiera las tasas de interés.

La caída de ayer en Chicago, que anoche se profundizaba en la rueda continua, había comenzado en la rueda electrónica y se potenció en el recinto de la mano de la fortaleza del dólar, la caída del oro y el petróleo. Gran responsabilidad en esa debacle tuvieron las versiones de que China podría imponer controles de precios, subsidios a consumidores, así como un sistema por el cual los mayoristas se hagan responsables de una canasta de productos alimentarios, explicó la Bolsa de Comercio de Rosario sobre la base de información publicada en un diario del gigante asiático.

Con ese panorama, la soja cerró con pérdidas de u$s 24 por tonelada en la posición enero, con lo que cayó 5,2%, hasta u$s 447 la tonelada. La baja es la más pronunciada de los últimas semanas y ubica a la oleaginosa en los valores con los que había arrancado noviembre.

A precios de cierre en Chicago y teniendo en cuenta las 52 millones de toneladas que se estima dejará la producción de soja argentina, que estará disponible desde mayo, el valor de la cosecha perdió un piso de u$s 1.250 millones en apenas un día.

Pero esta vez, la pérdida de valor de cosecha para el país es mayor. Porque la soja no fue la única materia prima que resignó fuertes posiciones en Chicago. Si se suman los tres cultivos principales de la Argentina (soja, maíz y trigo, por los que se espera producir unas 92 millones de toneladas en total), la cosecha se devaluó en casi u$s 1.800 millones solo una sesión.

El maíz, que en los últimos días había encabezado las alzas, se hundió también 5,2%, hasta u$s 212 la tonelada, desde los u$s 223 la tonelada en los que cerró el lunes. Eso hizo que el valor de la futura producción maicera, calculada en unos 27 millones de toneladas, resignara en 24 horas u$s 297 millones.

En el caso del trigo, la caída fue más pronunciada: 6,7% de pérdida en Chicago, por el efecto financiero, o u$s 17,5 la tonelada, para cerrar en u$s 243 los mil kilogramos. Para la Argentina, esa retracción hizo que la nueva producción triguera estimada –que estará disponible desde el mes próximo– se devaluara en u$s 234 millones.

El freno abrupto para las materias primas se sintió también en las plazas locales. La soja disponible en Rosario cayó 5,3%, hasta $ 1.230 la tonelada, mientras que los futuros de la nueva campaña operaron con límites de baja en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), con ofertas por u$s 300, desde los casi u$s 320 de la jornada previa.

A esos valores, los productores prefirieron mantenerse alejados del recinto, a la espera de una recuperación. En tanto, la revista especializada Oil World resaltó que el complejo oleaginoso enfrenta momentos “muy vulnerables a mayores retrocesos, aunque el ajustado suministro podría limitar las caídas”.

“Hay un alto riesgo, en nuestra opinión, de una recaída de precios, impulsado por tomas de ganancias y ventas especulativas mundialmente en el mercado de futuros”, precisó.