El nuevo congelamiento de precios de los combustibles que dispuso el gobierno nacional a través de la Secretaría de Comercio Interior traerá problemas a la industria de los biocombustibles.
Es que el valor que las petroleras pagan por el insumo que corta en una proporción del 7% todo el gasoil que se vende en el país se actualiza cada mes, en función del precio del insumo clave: el aceite de soja.
Con la oleaginosa tocando su techo de precios desde mediados de 2008 ?valores que ayer se retrajeron levemente? el costo de producir biodiesel crece, y si el congelamiento se expande en el tiempo, peligra el abastecimiento del producto.
El año pasado, cuando el titular de Comercio Interior, Guillermo Moreno, intervino el mercado de combustibles con una medida igual a la actual, muchas pymes productoras dejaron de entregar biodiesel a las petroleras y recién retomaron el abastecimiento en diciembre, cuando se liberaron los precios. Decían que el aumento del insumo les hacía perder entre u$s 100 y u$s 300 por tonelada de biocombustible entregado.
Pese al poyo que estas empresas tienen por parte del Ministerio de Planificación, a cargo de Julio De Vido, poco duró el veranito para la industria de los biocombustibles y hay muchas pymes que estaban en proceso de recuperarse y sufren hoy un nuevo golpe.
Mientras reservan una remota esperanza de que se publique la actualización del precio del biodiesel, si, como pasó desde agosto de 2010, la Secretaría de Energía no remarca los precios, deberán volver a limitar o suspender las entregas porque, a diferencia de las grandes productoras, como Vicentín, Dreyfus y Aceitera General Decheza que obtienen el aceite tras el procesamiento de soja en plantas propias, las pymes lo compran.
Buena parte de estas pymes son quienes tienen a su cargo el abastecimiento del mercado interno de biodiesel. Las demás, entraron al esquema local a fines de 2009, ante la inminencia del inicio del corte obligatorio, que no iba a poder ser cubierto por la pymes, pero su principal negocio es la exportación.
La Argentina es el cuarto productor mundial de biodiesel, con 1.9 millones de toneladas elaboradas en 2010. Exporta el 68% de ese volumen, siendo la Unión Europea el principal destino, y el 32% restante se comercializa en el mercado interno.
Para 2011, las proyecciones arrojan una producción de 2,2 millones de toneladas, y la aspiración de las cámaras del sector es que el corte pase de 7% a 10%. Aún así, su preocupación por estos días pasa por que se liberen nuevamente los precios de los combustibles o se les de, al menos, un trato preferencial.