La apertura para la exportación de siete millones de toneladas de maíz anunciada ayer por el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, que se concretaría hoy, no satisface a las entidades de la producción, que consideran que la medida no es suficiente para devolverle certidumbre y transparencia al mercado de este cultivo.
La apertura de exportaciones por dos tandas de 3,5 millones de toneladas se oficializará hoy, luego de la reunión que los integrantes de la cadena de maíz (exportadores, feedloteros, avicultores y productores) tendrán con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, para ultimar los detalles de la medida.
"La única forma para que el negocio del maíz funcione bien y que los productores reciban el precio que corresponde es que se terminen las restricciones y que tengamos un mercado abierto de forma permanente", indicó el presidente de la Asociación de Maíz Argentino (Maizar), Santiago del Solar. Los productores, según el directivo, cobran entre 20 y 30 dólares menos por la tonelada de maíz (189 dólares) que el precio FAS teórico de la cartera agrícola (226 dólares).
"Si el Gobierno quiere proteger el consumo, debe tener en cuenta que, cuando las exportaciones estuvieron abiertas, nunca faltó maíz y los productores recibían precios por arriba del FAS. Con el mercado intervenido, el área sembrada seguirá cayendo", opinó Del Solar.
Desde el Ministerio de Agricultura defendieron la apertura que se concretará hoy. "Abrimos 3,5 millones esta semana y 3,5 millones en 30 días. De esta manera satisfacemos a la exportación, pero también damos una señal de certidumbre al consumo interno", explicó a La Nacion el subsecretario de Agricultura, Oscar Solís.
"Un mes después de la segunda apertura, cuando hagamos un balance de la campaña, tal vez podamos abrir más toneladas de Registros de Operaciones de Exportación (ROE), ya que tenemos dos millones de toneladas de carry over (saldo de la campaña pasada) y existe la posibilidad de que el consumo interno de maíz baje y sea sustituido por otros granos forrajeros. Pero eso lo sabremos más adelante", dijo Solís.
Para Martín Fraguío, director ejecutivo de Maizar, el meollo de la cuestión con esta nueva apertura de las exportaciones del grano es la fecha en que concreta. "Si el Gobierno decide dar la segunda tanda de ROE en una o dos semanas, el efecto sería casi como el de una apertura de 7 millones. Pero, si lo dan en un mes, estamos en problemas y vamos hacia una segura disminución del área sembrada en la próxima campaña", opinó Fraguío.
"Si las aperturas son muy atomizadas, el mercado nunca se termina de reactivar. Sería bueno que hicieran una apertura grande, porque daría una señal positiva en la precosecha y eso podría incentivar el aumento de la superficie del próximo ciclo en un momento de buenas oportunidades para el cultivo", acotó Fraguío.
Consultado sobre las posibles repercusiones del anuncio que se hará hoy sobre los precios, Javier Buján, presidente de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, dijo que la apertura no tendría efectos en el comportamiento del mercado granario.
"Este tipo de entregas de ROE, como las del trigo, no suelen tener fuerte impacto en los precios. Es mejor que nada, pero no creo que alcance para entusiasmar a los compradores", dijo Buján.
"Por otro lado, es una lástima que la apertura llegue tan tarde, cuando los precios internacionales están cayendo. Ya perdimos una gran oportunidad con el maíz, como nos pasó con el trigo", acotó el especialista.
El consumo, clave
Según los productores, otro problema vinculado con la política oficial de exportaciones de maíz es que el volumen de consumo interno, que el Gobierno calcula en ocho millones de toneladas, es muy variable. "Este año, con los precios del maíz, puede haber un gran porcentaje de sustitución con granos de trigo o cebada, que están más baratos, o con subproductos de la industria como afrechillo de trigo o residuos de la maltería. También es probable que se haga mucho silaje [que se utiliza en ganadería y lechería]", explicaron los directivos de Maizar.
En este contexto, para Fraguío, "es más probable que el consumo interno de maíz esté más cerca de los cinco millones de toneladas y no de los ocho, con lo cual, con el cálculo del Gobierno el mercado está sobreofertado y habrá grano de sobra".