En la presente semana se agudizaron los conflictos existentes en el norte de Africa: Túnez y Egipto han quedado atrás, también sus gobiernos. Libia está en el centro del escenario y nadie sabe lo que puede pasar. Lo que sí pudo verse es que muchos volvieron a buscar el oro como refugio. En este contexto, los fondos de inversión vienen liquidando en Chicago buena parte de sus posiciones previamente sobrecompradas. Mientras tanto, la marcada fortaleza del petróleo irradia temores sobre la recuperación de la economía mundial.
Entre los granos, la soja es la que más sufrió las bajas. Las perspectivas productivas para América del Sur han mejorado notoriamente y ya se habla de una cosecha cercana a los 130 millones de toneladas. En coincidencia con ello, y como es habitual en esta época del año, China traslada sus compras de poroto de soja a nuestra región, lo cual atenúa los temores acerca de una presunta escasez de mercadería en EE.UU. hacia fines del presente ciclo.
Pérdidas justificadas
En lo inmediato, el comportamiento bajista de los precios se justifica. Pero la corrección tiene limitaciones cuando se mira hacia delante. En parte, por la tendencia expansiva del consumo en China (harina de soja y aceites vegetales). Y también, por la necesidad de incrementar el área sojera estadounidense para 2011/2012. Al respecto, las cifras del Ag Forum del USDA no cubrirían las necesidades futuras de la demanda, salvo que se alcancen rendimientos récord.
En el mercado del maíz, cada corrección técnica viene siendo aprovechada por los demandantes genuinos. Recién pudo verse cierto alivio entre los mismos tras la decisión de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, que limita a solo un año la vigencia del subsidio recientemente renovado a la producción interna de etanol. Y decimos cierto alivio por cuanto las proyecciones del Ag Forum han vuelto a incrementar el consumo de maíz para etanol en el corto plazo.
Más allá de las actuales correcciones, el futuro devenir climático en el hemisferio norte requerirá especial atención. El mundo necesita buenas producciones de trigo y forrajeros y un adecuado resultado para la próxima cosecha sojera en los Estados Unidos.
Mercado local
En el nivel local, los cultivos de soja han logrado estabilizarse con las lluvias de esta semana. No obstante, el comparativo atraso en la evolución de los cultivos de segunda requiere de un clima amigable durante todo marzo y buena parte de abril. Mientras tanto, la generalización con muy buenos rendimientos de la trilla del girasol, impacta negativamente sobre sus precios.
Por el lado del maíz, todas las miradas se concentran en el anuncio -más bien la promesa- del futuro otorgamiento de 7 millones de toneladas de ROE Verdes, volumen que se suma a los 5 millones previamente concedidos.
Sin embargo, el impacto sobre el mercado no depende de este anuncio, sino de que se soliciten y concedan las licencias de exportación. Si bien el sector exportador mantiene un volumen de compras levemente superior a las autorizaciones que le fueron concedidas, la formación de los precios se deriva esencialmente de la fluidez en el otorgamiento de dichos permisos. Esta es la variable importante a seguir en un mercado donde ya prevalece una importante distorsión en los precios domésticos del forrajero y su correspondiente paridad teórica. Una vez más, la futura relación de los precios con la realidad internacional depende de la actitud de los funcionarios.
Daniel Miró