El puerto de Rosario, desde donde sale la amplia mayoría de los granos y subproductos que exporta la Argentina, vuelve a ser arena de confrontación entre empresarios y trabajadores por una negociación salarial, a tan solo un mes del último conflicto que frenó las operaciones del uno de los mayores complejos agroexportadores mundiales. El Sindicato Unido de Portuarios Argentinos (SUPA) inició un piquete que impidió el ingreso y egreso de camiones desde la tarde de ayer a Terminal 6 (donde operan las firmas Bunge y AGD) y al puerto de la firma Cargill, después de que la negociación salarial entre la cooperativa de estibadores del puerto y las empresas exportadoras pasara a cuarto intermedio con diferencias casi insalvables entre unos y otros. Louis Dreyfus, Noble, Aceitera General Deheza, Bunge, Cargill y Toepfer proponían una recomposición del 20%, mientras que la cooperativa pidió nada menos que el 90%. Como las firmas negocian en este caso tarifas ?porque el pago se realiza en función de la cantidad de toneladas movilizadas? y la cotización del producto es en dólares, en todos los casos los porcentajes se negocian en esta divisa. El titular de la cooperativa y secretario general del sindicato, Herme Juárez, intentó minimizar el conflicto ante las consultas de El Cronista, pese a que ya desde la mañana, según informó la agencia Reuters, podían verse en la zona baños portátiles como los que usan los obreros cuando bloquean los accesos. Juárez intentó explicar que las posiciones de los trabajadores y de las empresas no estaban tan alejadas, pero la realidad se impuso a este discurso. Ahora, las firmas esperan, cuando se retomen las negociaciones hoy, que las posiciones puedan acercarse para no sumar gravedad al conflicto. El reclamo salarial de los estibadores ocasionó un paro de diez días el año pasado, según recordó el propio Juárez. En paralelo, hace un mes, trabajadores tercerizados de las firmas aceiteras lograron una recomposición de hasta el 100% según actividad, después de ocho días de bloqueos que complicaron las exportaciones y llegaron a incidir en los precios internacionales de los granos. La Argentina es el primer exportador mundial de derivados de soja (harina y aceites), segundo exportador de maíz y tercero de poroto de soja. Se espera que este mes empiece a ingresar a los silos y acopios la cosecha de maíz y, más tarde, la de soja, por lo que las empresas calificaban ayer la gravedad del conflicto como ?muy alta?. Si bien, en porcentaje, la pauta salarial esgrimida por los estibadores supera por mucho la base de las paritarias ?en torno del 30%? la firmeza de los precios de los commodities aparece como uno de los motivos que envalentona a los sectores de trabajadores vinculados a la exportación granaria. Según dijeron expertos a Reuters, con los rendimientos calculados hasta ahora y los precios actuales, las ventas externas de estos productos generarían ingresos por u$s 20.000 millones en 2011. Buena parte de las ventas queda, por la vía de las retenciones, en las arcas nacionales. |