pero el informe no presentó demasiadas sorpresas y los cambios en las estimaciones no alcanzaron para marcar un cambio de tendencia. Solo la soja alcanzó el cierre con ganancias, la posibilidad de que el avance de la cosecha en Brasil se retrace como resultado de las precipitaciones recibidas en la región productora le dio sostén a los precios. Así mismo las compras de posiciones comerciales y de algunos inversores sumaron presión al alza. Las ganancias encontraron límites ante los ajustes al alza que recibió la producción de Brasil de soja, cabe destacar que la ajustada relación entre oferta y demanda no se aflojó. Para el maíz y el trigo fue una jornada de pérdidas. Los stocks del trigo recibieron un ajuste al alza, pero no alcanzó para cambiar la ajustada situación del cereal. El maíz recibió el contagio del cereal, y la presión sobre los precios a la baja se hizo sentir resultado de la preocupación por el menor crecimiento de la economía y el consecuente efecto inflacionario sobre los precios de los alimentos.
En el mercado local los interesados por el trigo baja proteína siguen apareciendo, pagaron U$S 200 por el trigo con descarga. Por el maíz se conocieron nuevos roes otorgados para ciertas exportadoras pero no hubo compradores en el disponible, lo que nos lleva a pensar que estos están muy comprados. Por consumo en Classon pagaron $700 la descarga. Por el cereal nuevo pagaron U$S 185 la entrega mayo/junio. La proximidad de la cosecha de soja comienza a sentirse en los precios locales, las fábricas pagaron $1320 la descarga pero el volumen negociado fue escaso. Por la soja nueva pagaron U$S 322 y no se registraron negocios al respecto.
Por ahora esto es todo, buen fin de semana.
Saludos, Mariana García.