El jueves se conoció el informe de intención de siembra de maíz y de soja en los Estados Unidos, elaborado por Departamento de Agricultura de ese país (USDA, en sus siglas en inglés). Asimismo, el organismo dio conocer el reporte de existencias al 1º de marzo.
Y en el balance de ambos reportes tuvo más impacto para el mercado la caída del 15% en las existencias de maíz respecto de igual mes del año anterior, que el aumento de la superficie de siembra proyectado. En este sentido, el USDA informó que el área de maíz de la campaña 2011/2012 se podrá incrementar en un 5%, o su equivalente de 1,85 millones de hectáreas respecto de la superficie sembrada el año anterior.
De esta forma, los productores estadounidenses podrán llegar al segundo récord de superficie de maíz de 37,31 millones de hectáreas desde 1944, apenas por debajo del récord de 37,83 millones de hectáreas sembradas en la campaña 2007. A partir de este aumento de superficie podemos proyectar un incremento de producción de 18 millones de toneladas, considerando para ello una evolución de clima favorable para los cultivos durante todo el ciclo.
Este solo aumento de la producción no es un factor determinante para lograr equilibrar el ajustado balance de oferta y demanda interno de maíz en los EE.UU. Si analizamos lo sucedido en la campaña 2010/2011 podemos ver que la producción de maíz estadounidense ha tenido una caída de 16,55 millones de toneladas respecto del año anterior (316 contra 332,5 millones de toneladas), mientras que el consumo interno en los Estados Unidos, considerando etanol y consumo de raciones para balanceados, tuvo un aumento de 12,38 millones de toneladas en el mismo período.
En consecuencia, se produjo una fuerte caída de 26,3 millones de toneladas en las existencias finales, al pasar de 43,38 a 17,14 millones de toneladas. Con ese nivel de reserva, los estadounidenses tienen un volumen suficiente para abastecer 21 días de su consumo interno.
Pero el tema central es que la estimación de existencias al 1º de marzo hecha por el USDA apenas llega a 17,4 millones de toneladas, representando una caída del 15% respecto de igual fecha de 2010. Con estos datos el mercado de Chicago reaccionó con fuertes subas en todas la posiciones, con ganancias que llegaron a los 12 dólares por tonelada.
El mercado hizo la lectura correcta, si al 1º de marzo tenemos este muy bajo nivel de existencias, al 1º de septiembre, cuando esté a punto de ingresar la nueva cosecha al circuito comercial, el nivel de reservas será mucho menor y con una gran dosis de "explosivo" si durante la etapa de evolución de los cultivos se afecta los rindes potenciales de la futura cosecha o si por algún motivo climático (lluvias) se produce un atraso en el ingreso de la misma. Con este escenario por delante el maíz será uno de los productos con mayor volatilidad y picos de precios que darán buenas oportunidades para poder capturar los máximos que todavía no hemos visto.
En el caso de la soja, el USDA proyecta una disminución de su superficie del orden del 1%, llegando a un total de 31 millones de hectáreas, apenas unas 300.000 hectáreas por debajo de la superficie del año anterior. Podemos considerar que esta baja en el área no es factor suficiente para pronosticar una caída de la producción, pues con clima normal durante la evolución de los cultivos y rindes apenas por arriba de los registrados en la campaña anterior, la producción de soja estadounidense pueda quedar por arriba de la cosecha de este año. Y este puede ser un factor de potencial baja para el mercado en el mediano plazo.
Pablo Adreani