La intervención oficial en el precio del biodiesel está frenando inversiones en nuevas plantas y desdibujando el atractivo del país a los ojos de los inversores externos del sector. Así lo indicaron ayer, por lo bajo, empresarios relacionados con la industria nacional de los biocombustibles, en una jornada organizada por la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno (AABH).

La decisión del gobierno nacional de congelar el valor del biocombustible, que se ajusta con una fórmula que la ata al precio de su insumo principal, el aceite de soja, responde al impacto que tendría la suba del commodity en el precio final del gasoil, que por ley lleva 7% de su par ecológico.

Por eso, el precio que debe publicarse, actualizado, en la primera semana de cada mes salió por última vez en septiembre. Desde ese momento, el valor FOB del aceite de soja, subió 47% y se ubica en u$s 1.110 la tonelada, según los datos del Ministerio de Agricultura.

Un empresarios vinculado al sector reconoció que el congelamiento esta generando “una inseguridad jurídica que está frenando inversiones de capitales externos en el país” especialmente, en plantas pequeñas y medianas, que producen hasta 50.000 toneladas anuales.

Las fuentes querían mantener el anonimato porque existe una promesa, especialmente del área de Planificación Federal que lidera Julio De Vido, invitado ayer al almuerzo de cierre de la jornada, de que la situación se regulará próximamente, de alguna manera.

Mientras tanto, fuentes del mercado aseguran que las plantas chicas y medianas no están vendiendo biodiesel, porque pierden entre u$s 100 y u$s 300 por tonelada por el congelamiento. Stockean cuanto pueden o entregan a las firmas grandes, a cuenta de futuros aumentos. Pero si la situación se extiende, reconocía otra fuente, “podría empezar a comprometerse el abastecimiento de biodiesel para el corte en el mercado interno”.

La Argentina produce tres veces más biodiesel del que necesita el mercado interno por año (900.000 toneladas) gracias a las grandes empresas de crushing en el país, como Vicentín, Louis Dreyfus, Aceitera General Deheza y Bunge, entre otras.

Para el Gobierno, el corte con biodiesel supone mitigar en parte los faltantes del combustible más usado en el país principalmente por el campo y el transporte público.

Ayer, De Vido, invitado a disertar en el encuentro, llenó de elogios al sector de los biocombustibles y a sus representantes y prometió ampliar el corte con biodiesel, que ya llevó de 5% a 7% en el primer año de implementación del sistema.

Nombró a todas las empresas, incluyendo a los ingenios, que producen el etanol con el que se cortan las naftas al 5 por ciento.