La veda de Rusia sobre sus exportaciones de cereales debería terminar el 1º de julio, pero algunos operadores en mercados internacionales piensan que Moscú probablemente evite tomar riesgos y esperará hasta fines de septiembre para el levantamiento total de la restricción. Sin embargo, si la cosecha se desarrolla bien, podría liberar algo de trigo en julio para disminuir las existencias en la región meridional.
Toda liberación de cereales tendría un efecto bajista sobre los precios, y la baja podría ser mitigada por las crecientes preocupaciones sobre los problemas que atraviesan las cosechas en Europa y en EE.UU.
Rusia, que llegó a posicionarse como tercer proveedor mundial, detuvo las exportaciones de cereales a mediados de agosto del año pasado, luego de la peor sequía en más de un siglo, que devastó sus cultivos. Hay mucha especulación sobre si Moscú mantendrá esa fecha de julio, desde que algunos miembros del gobierno dijeron que podrían extender la veda.
Una mayoría de operadores europeos y estadounidenses dijeron que creen que Moscú esperará hasta fines de septiembre u octubre. Moscú no olvidará que las cosechas del año pasado se dañaron en julio, luego de la fecha en que concluye la veda. "Tomando en cuenta la lección de la campaña anterior, el gobierno intentará ganar algo de tiempo y esperará algunos informes de cosecha preliminares", dijo un operador internacional especialista en la región del Mar Negro.
Las elecciones parlamentarias de diciembre y la presidencial de marzo también desempeñarán su papel. El gobierno podría querer evitar medidas que impulsen los precios alimentarios y al mismo tiempo querría obtener votos de agricultores. El primer ministro, Vladimir Putin, dijo el viernes: "Los resultados de la cosecha nos deben convencer de que quedarán satisfechas totalmente nuestras necesidades internas y de que almacenaremos las reservas necesarias para el país [antes de reanudar las exportaciones]".