Francia impuso límites al consumo de agua en casi un tercio de sus departamentos administrativos, informó ayer el Ministerio de Medio Ambiente, entre señales de que continuaría una sequía prolongada que ya golpea la cosecha de cereales. "Estamos en una situación de crisis. Los niveles de aguas subterráneas; los flujos fluviales, y el derretimiento de la nieve son compatibles con lo que esperaríamos para julio", dijo la ministra de Medio Ambiente, Nathalie Kosciusko-Morizet, tras anunciar un racionamiento del recurso en 28 de los 96 departamentos.
La funcionaria añadió que se podrían extender medidas similares a otros departamentos. Ocurre que uno de los abriles más calurosos y secos que se recuerden en Francia secó campos y redujo las reservas de agua, lo que despertó la preocupación frente a la posibilidad de que se registre una sequía similar a la que se experimentó en 1976 y que impactó en las cosechas del principal productor de cereales de la Unión Europea.
"No se esperan precipitaciones sustanciales en las próximas dos semanas", dijo ayer la meteoróloga Michele Blanchard, en una conferencia de prensa.
Las precipitaciones totales en abril suman apenas un 29 por ciento del promedio establecido en el período 1971/2000, destacó el Ministerio de Medio Ambiente, y agregó que el suelo en la zona norte del país espera las condiciones más secas en 50 años. "Las lluvias en las próximas semanas serán cruciales", destacó Kosciusko-Morizet, y agregó que un mes con humedad normal en julio no sería suficiente para revertir las actuales restricciones hídricas que padece Francia.
