Los países del Grupo de los 20 (G-20) buscan consensuar herramientas para transparentar los mercados de materias primas, así como atenuar la alta volatilidad, sin que eso implique ponerle techo al alza de los commodities agrícolas.
En eso trabajan desde ayer representantes de los países del G-20, reunidos en Buenos Aires, donde hoy buscarán consensuar una serie de recomendaciones para que los ministros de Finanzas y Economía del bloque discutan el mes próximo en París.
El debate quedó inaugurado ayer por el ministro de Agricultura de Francia, Bruno Le Maire; su par local, Julián Domínguez; y el titular del Palacio de Hacienda, Amado Boudou.
Le Maire llegó al seminario, luego de haberse reunido durante más de una hora con Domínguez. Tras ese encuentro, el ministro galo dijo a la prensa que Francia no quiere limitar el precio de las materias primas, sino evitar la volatilidad y la especulación financiera. Esa postura fue interpretada como un gesto hacia los países productores de materias primas, como Brasil y la Argentina, tras la fuerte resistencia que ejercieron a los planteos para regular los precios, en momentos en que se encuentran en récords.
Ante delegaciones del G-20, además de invitados de organismos internacionales como el Banco Mundial, la OCDE, la FAO y el FMI, Le Maire enfatizó sí la necesidad de que los mercados agropecuarios estén dotados de instrumentos técnicos similares a los que rigen al mundo financiero, a fin de limitar la especulación excesiva. Y sostuvo que deben encontrarse mecanismos para que los países en desarrollo puedan defenderse de la alta volatilidad.
Boudou coincidió en que la fuerte suba de los alimentos está en parte relacionada con la especulación financiera. Y ponderó la apertura de un debate franco, abierto, diverso y plural con eje central en las materias primas.
El objetivo de este taller es dejar plasmados todos los puntos de vista, sin dejar de lado la posición argentina, puntualizó Boudou. La Argentina plantea, como parte de la solución, aumentar la oferta de los commodities, obtener mayores niveles de inversión y prácticas como tecnologías sustentables, sostuvo Boudou.
A su turno, Domínguez resaltó: No vamos a sacrificar a los productores argentinos en aras de la disminuir la volatilidad de los mercados. El ministro de Agricultura remarcó que nos hicimos eco del pedido de la FAO que reclama más alimentos para el mundo. Tenemos que trabajar en producir más con más productores, enfatizó.
Domínguez dijo que Argentina superó este año la meta de las 100 millones de toneladas de producción de granos y oleaginosas y que el objetivo es alcanzar en esta década las 160 millones de toneladas. Si queremos evitar los sobresaltos, tenemos que lograr más producción, mas tecnología con un proceso genuino de crecimiento y desarrollo, puntualizó. Y completó que el Mercosur produce hoy como bloque 300 millones de toneladas de oleaginosas y cereales, por lo que está en condiciones de garantizar la alimentación de 1.200 millones de habitantes en el mundo.