De repente, toda la superficie de siembra de maíz en los Estados Unidos que estaba atrasada, en la última semana avanzó fuertemente hasta llegar al 99 por ciento de la superficie inicialmente proyectada. Y los mercados tomaron este avance como un potencial factor bajista. Otro análisis aparte merece el informe de estado de los cultivos; en este sentido el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda) considera que 13 por ciento del maíz se encuentran en estado excelente, contra 19 por ciento de la campaña anterior a la misma fecha. El menor porcentaje actual es el resultante del fuerte atraso registrado en las siembras de maíz y las malas condiciones climáticas imperantes durante la emergencia de los cultivos. Con muchas zonas que recibieron excesos de lluvias en el mediooeste y otras zonas con extremas sequías en los estados del sur y sudoeste, no hay dudas que el potencial de rendimientos de los cultivos de la actual campaña no será el mismo que el registrado en la cosecha anterior. En buenas condiciones se encontraba el 56 por ciento de los cultivos contra el 58 de la campaña pasada.
Podemos anticipar, entonces, que los rindes promedio de la actual campaña será muy difícil que puedan igualar a los alcanzados en la campaña anterior; a menos de que en los próximos 60 días el clima resulte ideal para el normal desarrollo de los cultivos.
La cosecha de maíz estadounidense todavía no esta asegurada. El atraso que han tenido las siembras y el riesgo de entrar a agosto (verano en el hemisferio norte) en plena etapa de floración y polinización, deja abierta una ventana de riesgo muy grande para el normal desarrollo de los cultivos.
La estrategia china
Es importante destacar el rol que está teniendo China en la demanda doméstica y global de maíz. Las previsiones del Usda están considerando un aumento en el consumo interno de maíz en China de 13 millones de toneladas en este último mes. De esta forma, el consumo doméstico chino llegara en esta campaña al récord de 181 millones de toneladas. Esta mayor demanda por maíz, en condición de forrajero y su conversión en proteínas animales, no se condice con la sobre oferta interna de harina de soja que existe actualmente en China, fruto de su proyectada molienda récord de 61,5 millones de toneladas. A punto tal que hoy el gigante asiático está exportando harina de soja a destinos que habitualmente abastecen la Argentina, Estados Unidos y Brasil.
Se puede tratar de un tema de distinta calidad nutricional entre el maíz y la harina de soja, e incluso puede tener que ver con las condiciones de comercialización internas de China, con regiones donde conviene exportar la harina y no enviarla al consumo local por cuestiones de fletes y accesibilidad de las distintas zonas de producción y consumo.
Se nota en los precios. En términos de análisis de oferta y demanda global todo indica que 2011 será un año donde la oferta de maíz estará muy condicionada a las condiciones climáticas en los Estados Unidos durante los próximos meses. Y de ahí la alta volatilidad que se espera para este mercado durante las próximas semanas. Esta situación ya se refleja en el mercado de Chicago, donde la posición julio (286 dólares) marca una fuerte prima climática en comparación con las posiciones futuras inmediatas. El contrato diciembre –262 dólares–, muestra un descuento de 24 dólares con respecto a la posición julio. Éste es el mes clave para el desarrollo del cultivo de maíz; excesivas temperaturas y falta de lluvias pueden llegar a resultar catastrófico para la ya mal comenzada campaña de maíz estadounidense. En el caso de la soja, se vislumbra un volumen de oferta proveniente de Sudamérica muy por arriba de los volúmenes alcanzados durante la campaña anterior; pero a diferencia del maíz los precios de la soja en Chicago muestran una tendencia sostenida entre el final de la cosecha vieja y el ingreso de la cosecha nueva, prácticamente no hay pase entre las posiciones julio (502,66 dólares) y la posición noviembre (502,20 dólares). Esto puede obedecer a la firme demanda que se proyecta para la harina de soja. La falta potencial de maíz, o el riesgo de conseguirlo en su mercado interno a precios tal vez mucho más altos, si el clima complica la producción, ha provocado una corrida de la demanda doméstica hacia la harina de soja, que espera buen volumen de oferta.