Quienes se acostumbraron a hacer negocios con China saben que las reglas las pone el gigante asiático, y que del dicho al hecho hay una distancia que suele representar millones.
El desconcierto que viven los operadores del mercado granario argentino desde el año pasado, cuando China comenzó a retacear sus importaciones del producto siendo el principal comprador para la Argentina, se ve, en parte, aliviado.
En ese mes, China adquirió 86.443 toneladas de aceite argentino, elevando las compras a 111.917 toneladas en lo que va del año, según datos del Senasa. Es decir que, en el primer cuatrimestre del año, apenas se habían colocado 25.000 toneladas de aceite de soja.
De ese total, casi 104.000 toneladas son de aceite de soja, lo que significa que, finalmente, la segunda potencia económica mundial decidió cumplir con lo prometido e imprimió velocidad a las importaciones del principal producto de exportación agroindustrial argentino. Entre enero y mayo de 2011, la Argentina exportó 486.870 toneladas de aceite de soja, y China, gracias a las compras de mayo, se posicionó en el tercer puesto como importador, detrás de Venezuela (136.324 toneladas) y Egipto (125.926). En su conjunto, las exportaciones de los primeros cinco meses del año representan una mejora del 8% en las ventas, contra igual período de 2010, gracias a las compras crecientes de Egipto, Venezuela y Colombia.
Desde la cartera agrícola nacional, hubo gestiones intensas para lograr que se reanudaran las importaciones de aceite de soja argentino que estuvieron prácticamente congeladas entre mayo de 2010 y abril de 2011.
Según dijo a la agencia NA, el director ejecutivo de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara), Alberto Rodríguez, dijo que la recuperación fue producto del acuerdo entre ambos países.
El ministro de Comercio chino, Chen Deming, se comprometió a importar unas 500.000 toneladas de aceite de soja en el transcurso de 2011 cuando estuvo de visita en el país, a principios de mayo.
La Argentina exportaba a China unas 2 millones de toneladas al año de aceite de soja, por unos u$s 2.000 millones anuales.
A partir de que China se convirtió en un comprador intermitente, crecieron las exportaciones locales a la otra gran potencia asiática, la India, cuya demanda se duplicó hasta alcanzar 1,5 millones de toneladas anuales de aceite de soja.
Aún así, perdido su primer mercado, la Argentina sufrió recortes de hasta u$s 70 por tonelada para su producto.
Parte del aceite que se destinaba a China hoy se utiliza para producir biodiesel, el biocombustible cuya demanda mundial viene incrementándose con fuerza, así como el consumo doméstico.
Mientras en el primer trimestre de 2011, las exportaciones de aceite de soja cayeron 39.7% respecto de igual período de 2010, alcanzando las 154.748 toneladas según Senasa, la elaboración de biodiesel, cuyo insumo básico es el aceite de soja, creció 33,7%, hasta 447.035 toneladas, según la Cámara Argentina de Biocombustible.
Pese a las últimas compras, el futuro con China promete seguir siendo una incógnita.