En términos de comportamiento del mercado podemos decir que junio fue el mes negro de este primer semestre para los precios de los granos y que durante esta primera semana de julio apenas han comenzado la recuperación. Sin embargo, en el análisis de la plaza local vemos que todos los productos han logrado independizarse de la actual tendencia externa.
Veamos lo que sucedió con el mercado de la soja entre principios y fines de junio: en el mercado FOB Golfo tuvo una baja de US$ 32 por tonelada. En el mismo período el FOB puertos argentinos bajó sólo US$ 5 y la soja disponible bajó apenas un dólar, con un cierre anteayer en el Matba de US$ 315. Esto es producto de la firme demanda de la industria aceitera, que no logra trasladar toda la baja del exterior pues sabe que si lo hace no compra nada. Si bien el productor está muy líquido, ha tenido que sobrevender la soja ante la imposibilidad de poder vender maíz y trigo.
A fines de junio el productor ya tenía vendidos 33 millones de toneladas, el 66% de la producción total, y le quedan todavía sin vender 17 millones. En un año electoral la oferta será cada vez más reducida a medida que nos acercamos a las elecciones.
En los casos del trigo y del maíz, producto del fuerte desfase existente en el mercado por el "efecto Moreno", o en el caso de la soja por la mayor demanda de la industria aceitera, lo cierto es que nuestros productos no han perdido el valor en la misma proporción en que sí lo han hecho para los productores estadounidenses. Aunque la mala noticia es que nuestros productores han estado recibiendo mucho menos que la paridad teórica, prácticamente desde el inicio mismo de la cosecha.
La actual política "antiagroexportadora" del Gobierno en dos cultivos tan sensibles como el trigo y el maíz ha logrado divorciar los precios domésticos de los valores de paridad de la exportación. Y en una medida que podemos considerar sin ninguna lógica ni sentido, pues en ambos productos hay volumen suficiente para abastecer tanto al mercado interno como a la exportación. Esta defensa de la mesa de los argentinos le está costando a toda la sociedad muy cara.
El autor es director de AgriPac Consultores.