Mientras los inversores intentan calcular el impacto de la rebaja en la calificación de deuda de la primera economía del mundo, los gobiernos de Europa y EE.UU. buscan combatir el pesimismo imperante, aunque con poco éxito. Anoche, el esperado anuncio del Banco Central Europeo (BCE) de que protegerá a los bonos españoles e italianos de ataques especulativos, seguido por un comunicado del Grupo de los Siete (G-7) en el que se prometían intervenciones coordinadas para asegurar la liquidez y la estabilidad financiera de los mercados, no alcanzó para que los futuros de Wall Street y las plazas asiáticas iniciaran sus ruedas con fuertes caídas. Se espera con preocupación la apertura de las bolsas occidentales: el pronóstico augura un ?lunes negro?.
El BCE comunicó ayer que ?implementará de manera activa? su programa de compra de bonos italianos y españoles en el mercado secundario, para evitar abruptas caídas en los precios de esos activos. La decisión fue tomada luego de una teleconferencia de emergencia del directorio de la entidad monetaria, que se celebró anoche para intentar aminorar el impacto de la rebaja de la calificación de los EE.UU. decidida por S&P el viernes pasado, luego del cierre de Wall Street.
El titular del BCE, Jean-Claude Trichet se enfrenta a fuertes críticas por su rol en el segundo salvataje de Gracia, Irlanda y Portugal. Se lo acusa de hacer algo mal ?usar dinero para comprar deuda de países que ya tenían un plan financiero aprobado como Irlanda y Portugal? y de hacer algo peor ?no comprar, el jueves, cuando todo se desplomaba, la deuda de países que van a necesitar socorro como Italia y España.
Pero por la noche, el G-7 sostuvo que ?las recientes tensiones financieras en Italia y España no obedecen a cambios en los fundamentales de su economía?, con lo cual las medidas adicionales deberían ?fortalecer la disciplina fiscal, sustentar la recuperación en la actividad y la creación de empleos?.
Al cierre de esta edición, los futuros de Wall Street perdían 1,7% y los mercados asiáticos caían 1,5% en promedio. También mostraban una tendencia bajista los principales commodities, como el petróleo y los granos, reflejando el temor a una desaceleración de la actividad económica.
El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Timothy Geithner, no consideró necesario abrir la expectativa a acciones adicionales de la Casa Blanca tras el golpe de S&P. Sostuvo ayer que los bonos de deuda de ese país son el vehículo ?más líquido y fuerte? para proteger inversores en medio de la volatilidad imperante. Según el funcionario, la rebaja decidida por S&P ?no cambia nada?.
En las últimas cinco sesiones, el Dow cayó un 5,8%, el S&P bajó un 7,2% y el Nasdaq perdió un 8,1%. Fue la peor semana desde noviembre de 2008. El Merval perdió 8,2%.