La propuesta para modificar el sistema comercial del trigo y el maíz para frenar las distorsiones del mercado, que elaboró la cooperativa Agricultores Federados Argentinos (AFA) y que cuenta con el aval del Gobierno, fue criticada ayer por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
"Las propuestas de comercialización del trigo son, a nuestro juicio, una trampa para disimular la transferencia del valor del precio desde la producción del trigo a los sectores compradores, molinos y exportadores", cuestionó el secretario de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Javier Jayo Ordoqui.
La propuesta de AFA, además, recibió aportes de la Bolsa de Comercio de Rosario y es discutida con diferentes segmentos de la cadena comercial.
A juicio de CRA, "ambas propuestas tienen la misma esencia: segmentar el mercado del trigo, manteniendo por lo tanto el «coto de caza» para los compradores". Jayo Ordoqui planteó: "Si bien esto es lo que hoy ocurre en el mercado, tiene la agravante de institucionalizar esta transferencia de recursos desde los sectores más débiles, los productores, a los más fuertes y concentrados (molinería y exportadores), con la pretendida idea de que concurran ganadores y perdedores a solicitar este tan injusto como pertinaz instrumento".
Cuotas
Según la propuesta de AFA -entidad ligada a la Federación Agraria Argentina-, proyectada la producción anual por parte del Ministerio de Agricultura para trigo y maíz, se otorgarían a los productores dos certificados, ambos gestionados ante la AFIP. Con uno deberán vender el 40 por ciento de su mercadería exclusivamente al mercado interno, y el 60 por ciento restante, de libre disponibilidad, lo podrán vender a la exportación.
Jayo Ordoqui, a través de un comunicado, alegó: "La exportación, desde 2006, es inducida por el Gobierno y actúa coordinadamente, y nada lleva a pensar que deje de hacerlo". Dijo el ruralista: "Se deberá confiar en sus buenas intenciones para que paguen el precio FAS. Es más probable que ocurra la toma de ganancias a costa de los productores".
El dirigente agrario advirtió: "La molinería, con su cuota de mercado garantizado, absorberá 500.000 toneladas mensuales, y serán los productores quienes financiarán el stock de la industria y percibirán también el precio que las urgencias de venta obliguen a aceptar".
Así, sostuvo que tanto por una rama del comercio como por la otra, en ambas, los productores son quienes resignan precio y financian los stocks.
"Confederaciones Rurales Argentinas no concuerda con la idea mediocre de conformarse con lo menos malo. Crecer es una meta de todos, pero también debemos hacerlo con la distribución equitativa de toda la cadena, y no como hasta ahora, con el solo esfuerzo del productor primario", concluyó.
La intervención del mercado de trigo comenzó en 2006, cuando el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, dispuso un precio máximo para que molineros y exportadores compraran el cereal. Dos años después, el Gobierno instrumentó los registros de operaciones de exportación (ROE), por los cuales debe solicitarse un cupo para colocar el trigo en el exterior.
Recientemente, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, sostuvo que el Gobierno tenía intención de que las cooperativas agrícolas aumenten su porcentaje de participación en el mercado.