En el actual escenario la economía argentina está más que necesitada de dólares frescos y, sin embargo, en lo que va del presente año se perdieron unos 770 millones de dólares por las restricciones a las exportaciones del cereal aplicadas por el gobierno nacional.
En los primeros ocho meses de 2011 las exportaciones argentinas de maíz fueron de 11,748 millones de toneladas, una cifra 18% inferior a la registrada en el mismo período de 2010, según datos publicados esta semana por el Senasa.
La cuestión es que la cosecha de maíz argentina 2010/11 fue de 22,90 M/toneladas con un stock inicial de 2,1 M/toneladas, mientras que la correspondiente al ciclo 2009/10 fue de 22,68 M/toneladas con un stock inicial de 2,0 M/toneladas, según datos oficiales.
Es decir: en circunstancias normales el flujo de embarques en lo que va del presente año debería al menos haberse mantenido en niveles equivalentes a los registrados en 2010. Pero eso no sucedió por las restricciones aplicadas por la Secretaría de Comercio Interior (restricciones que este año permitieron a los grandes traders cobrar retenciones “privadas” a los productores de maíz por hasta 70 u$s/tonelada).
En el caso supuesto de que los embarques mensuales de 2011 hubiesen sido equivalentes a las exportaciones registradas en 2010, la Argentina habría recibido un ingreso de divisas adicional del orden de 770 millones de dólares. Eso con precios FOB que entre abril y agosto se ubicaron por arriba de 300 u$s/tonelada (ver documento adjunto).
Si bien lo que se dejó de exportar hasta ahora podría compensarse con embarques futuros, quizás ya no sea lo mismo, porque los valores FOB del maíz argentino en la actualidad se encuentran por debajo de los 270 u$s/tonelada (y, si bien los factores estructurales internacionales del cereal son alcistas, los precios podrían seguir deprimidos por un buen tiempo en caso de que la crisis financiera global se profundice).