El Gobierno avanza con las modificaciones al sistema de exportación de cereales, una propuesta emanada de un sector del campo que cosecha sólo un aval parcial, pero se ve como un paso intermedio para resolver una de las demandas más fuertes del campo.
Agricultores Federados Argentinos (AFA) la cooperativa vinculada a la Federación Agraria que comanda Eduardo Buzzi, presentó ayer al ministro de Agricultura, Julián Domínguez, su propuesta para destrabar la venta de trigo y maíz al exterior para poder obtener un mejor precio en el mercado interno.
El proyecto propone entregar a los productores un certificado que avale el volumen de trigo y de maíz que pueden vender a la exportación en función de sus declaraciones de tenencias ante la AFIP. Hoy, los cupos de exportación son otorgados a los exportadores en la forma de Registros de Operaciones de Exportación (ROE) de acuerdo a cuotas que va definiendo el Gobierno. Para la presentación, Julián Domínguez viajó ayer a Rosario con autoridades de la cartera agropecuaria y estuvo cerca de cuatro horas en la sede de AFA. En un comunicado, anunció que las cooperativas son aliadas estratégicas del modelo de producción y respaldó el proyecto. Queremos lograr con este nuevo esquema que las cooperativas alcancen el 33% en la comercialización de granos, expresó.
El proyecto, que la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner anotó como pendiente tras la reciente reunión que mantuvo con el presidente de Coninagro, Carlos Garetto, tiene el respaldo parcial del campo, pero cuenta con la decisión del Gobierno. Se especula, inclusive, con su pronto anuncio, antes de la renovación del mandato presidencial.
La Bolsa de Comercio de Rosario es un participante activo del debate, y propuso cambios al plan de AFA, mientras que sus pares del resto del país no entraron en la discusión.
Los acopiadores de cereales y corredores también respaldan, con observaciones, la medida, y los exportadores ensayan un acompañamiento. No nos vemos amenazados por el cambio, dijo ayer a El Cronista Alberto Rodríguez, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara), que agrupa a los gigantes exportadores de granos y derivados. Las cámaras de productores de trígo y del maíz, por su parte, no fueron convocadas.
Entre los puntos en discusión, los actores destacan:
- El cupo exportable: que sería del 60% de lo declarado por el productor, pero no fue fijado.
- Un nuevo mercado de certificados: por el que el productor que esté cercano al puerto venderá en la bolsa su certificado para el mercado interno mientras que el que se ubique cerca de un molino hará lo propio con su certificado de exportación.
- La rigidez del esquema: cuando en realidad, dicen, hay que ver primero la cantidad y calidad de la cosecha antes de saber cuál será el saldo exportable.