Tanto que, por el boom agroexportador de oleaginosas, principalmente la soja, y los cereales, los dólares proporcionados por ese sector crecieron 144% en los últimos 8 años.
Eso porque los exportadores pasaron de liquidar 9.450 millones en 2002 a u$s 22.229 millones en 2010. Y la cifra, se estima irá en aumento, sobre todo en un contexto de precio de las materias primas en valores altos, sino récord.
Según cifras difundidas por la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-Cec), el sector industrial de oleaginosos y exportadores de granos liquidó algo más de u$s 21.800 millones entre enero y el pasado viernes 21.
Esa cifra representa 17% más que la liquidación de divisas que el sector había hecho en el mismo lapso de 2010, cuando aportó u$s 18.526 millones.
Si se compara lo que lleva liquidado la exportación agraria en los primeros diez meses de 2011, el monto casi iguala al registrado durante todo 2008 (que totalizó u$s 21.919 millones), año en el cual los precios de las materias primas alcanzaron valores récord históricos.
Solo hubo un año de los últimos ocho en los que el sector liquidó menos dólares que en el ciclo previo.
Fue en 2009 cuando se liquidaron u$s 16.198 millones, como consecuencia de una menor disponibilidad de oleaginosas y granos para exportar luego de la prolongada sequía que diezmó la producción agropecuaria e hizo que la cosecha sojera cayera casi 40%.
La cámara Ciara-CEC informa de manera semanal los montos de liquidación de divisas que sus asociados realizan. Los montos están relacionados fundamentalmente con la compra de granos que luego serán exportados, ya sea en su mismo estado o como productos procesados luego de una transformación industrial, explicaron.
El grueso de los dólares en el mercado que provienen de los agroexportadores suele concentrarse entre abril y julio de cada año. Es el momento en que estacionalmente está disponible la cosecha gruesa (soja y maíz principalmente) y cuando los países compradores están ávidos de recibir esos productos o sus derivados.
La orden para que las mineras y petroleras liquiden el 100% de las divisas en el mercado interno bajo el argumento de otorgar un trato igualitario respecto de las demás actividades productivas, tuvo buena recepción en un sector agrario, que muchas veces se quejó de aportar mucho más que otros a la economía local.