Con la intención de abrir un nuevo saldo exportable de trigo antes de fin de año, el Gobierno hizo un curioso pedido a los productores: que declaren sus remanentes del cereal en un mail dirigido a la casilla personal del subsecretario de Agricultura, Oscar Solís, quien luego de recibir la información calculará cuántas toneladas de la cosecha vieja del cereal se pueden habilitar para el mercado externo.
El pedido causó sorpresa entre los productores, sobre todo porque acaban de brindar esa misma información a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que obliga a los agricultores a declarar sus stocks todos los años. "Eso ya se declaró. ¿Cuántas veces hay que pasarle la información al Gobierno para que se dé cuenta de que sobra trigo, sobre todo cuando ya está entrando el trigo nuevo del Norte?", dijo un alto dirigente agropecuario que pidió mantener su nombre en reserva. "¿Se supone que va a hacer la lista en un cuaderno, va a sumar los totales y así se definirá el saldo exportable de la Argentina? Es ridículo", acotó el dirigente.
En el Gobierno explican el pedido en que la AFIP no puede compartir la información de la declaración de existencias con el Ministerio de Agricultura, que tiene que calcular cuál es el remanente de trigo. "Dicen que esa información es confidencial, por eso nosotros la estamos pidiendo por nuestro lado, para mostrarle a la Presidenta que aún hay un saldo que se puede exportar", dijo una alta fuente de la cartera agrícola. "Este pedido es sólo dirigido a los que declararon el stock a la AFIP. La idea es reunir los datos rápidamente para hacer una apertura antes de fin de mes", dijo la fuente.
"La Argentina debería basar sus saldos exportables en estimaciones y estadísticas formales del Ministerio. Así se hizo siempre y así se hace en todos los países. El Gobierno tiene todas las herramientas para calcular el stock, no necesita que uno le mande un mail. Además, a 30 días de la cosecha nueva es ocioso volver a hacer una declaración de cuánto trigo queda", explicó el director ejecutivo de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Alfredo Rodes.
Para el corredor Javier Buján, presidente de Kimei Cereales, el pedido es extemporáneo. "Mas allá de la buena voluntad del ministerio, los tiempos no son apropiados. Esto hubiera servido los primeros días de octubre. Hoy, cuando ya está entrando la nueva cosecha, no sé si tiene sentido o si tendrá impacto en el mercado", explicó Buján. "Todos saben que hay al menos dos millones de toneladas extras de saldo. Incluso se podrían haber abierto un millón y medio de toneladas sin problemas. Pero no se abrió nada, y entre eso y las bajas a nivel internacional, se terminó de deprimir el mercado", acotó Buján.
Desde Argentrigo, en tanto, recomendaron a los productores que declaren las existencias remanentes para agilizar una nueva apertura de exportaciones. "Si se liberaran los dos o dos millones y medio de toneladas de saldo que hay, podría haber un efecto positivo en el mercado", destacó Santiago Labourt, presidente de la entidad.
En lo que coincidieron los entrevistados es en que la prometida apertura de 400.000 toneladas de trigo para esta semana no tendrá efecto alguno. "La apertura por un volumen tan chico no tendría ningún efecto en los precios", dijo Labourt.
Cuestionamientos
Mientras tanto, el nuevo sistema de comercialización de granos propuesto por Agricultores Federados Argentinos (AFA), que propone cupos de 60% de exportación por productor y podría empezar a aplicarse en diciembre, sigue generando cuestionamientos entre los productores.
"Nosotros seguimos en contra del sistema y de cualquier otro que restrinja la libertad comercial. Además, no hay que perder de vista que hay muchas zonas donde, por un tema de calidad, no se puede vender el cereal en el mercado interno. ¿Qué van a hacer esos productores con el 40 por ciento del grano que no puedan vender?", explicó Rodes.
"En Argentrigo conceptualmente preferimos la liberación del mercado y que haya competencia, pero si el sistema de AFA mejora en algo la situación actual, bienvenido sea", indicó Labourt.
Para Buján, el sistema es bueno si cambia un poco la parálisis actual del mercado, pero su aplicación no estará exenta de complicaciones. "En la práctica, un productor no va a poder exportar directamente y va a tener que recurrir a un exportador, y, a menos que venda un volumen considerable, va a tener algún castigo en el precio. Por otro lado, está el tema de las retenciones anticipadas. No creo que muchos productores tengan la espalda para anticipar el pago. Por todo esto, no creo que el nuevo esquema sume nuevos actores a la exportación", indicó Buján.