Esta semana se conoció el informe de mensual del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda), que volvió a reducir la estimación de producción de maíz en ese país, ya con el 95 por ciento de la cosecha realizada, con lo que el cálculo es mucho más certero.
El Usda estima ahora una producción de 312,69 millones de toneladas contra 315,81 millones del mes anterior y 332,55 millones producidos dos años atrás. Con este ajuste, el Usda se vio obligado a reducir el consumo estimado de maíz para alimentos balanceados en 2,5 millones de toneladas, de 282,2 a 279,6 millones. En cambio no se vio afectado el consumo para etanol, porque la ecuación de esos precios –los de petróleo, maíz, molienda para etanol, y venta de productos y subproductos– dan márgenes tan positivos que incluso podría destinarse más maíz a biocombustibles.
Estos cambios en el balance de oferta y demanda de maíz americano han impactado de lleno en las existencias finales, que ahora llegan a 21,42 millones de toneladas mientras que dos años atrás superaban los 43 millones. Este es el talón de Aquiles de Estados Unidos, no tanto para hoy sino para cuando deban empalmar el ingreso de la próxima cosecha durante el último trimestre de 2012, cuando comience la siguiente cosecha.
En el caso de China, si bien el Usda aumenta el cálculo de su producción de maíz, no es suficiente pues también ajusta hacia arriba el consumo interno, con lo cual igualmente debe aumentar importaciones. En China se está confirmando un sostenido crecimiento en las existencias tanto de porcinos como de las avícolas (aumenta el consumo por mejora en el poder adquisitivo). Y es el porcino la principal proteína animal que consumen, con existencias que supera los 700 millones de cabezas y un consumo anual que supera los 60 millones de toneladas. Esta demanda implica un consumo de granos forrajeros del orden de los 250 millones de toneladas, sólo para convertir proteínas vegetales en proteína animal de carne de cerdo.
Por este aumento del consumo de carne porcina, los chinos se verán obligados a incrementar sus importaciones de maíz, que el Usda proyecta ahora en tres millones de toneladas contra dos millones proyectadas el mes anterior. Y es por esto también que China y Argentina ya han firmado un convenio para que nuestro país le podrá exportar maíz a China. Queda solamente aguardar por la autorización que otorgan las autoridades fitosanitarias de China para permitir su importación.
Vemos entonces que los dos principales países consumidores de maíz del mundo, Estados Unidos y China, están siendo traccionados por los dos principales drivers que consolidan el aumento del consumo de maíz: etanol en el caso de los americanos y la carne porcina en el caso de los chinos.
Se trata de dos factores de consumo de maíz de bolsillos con plata o alto poder adquisitivo. En el primer caso se utiliza como combustible de los V8 americanos; en el segundo, es consecuencia del cambio en la transición dietética de los chinos al contar con mayor poder adquisitivo consecuencia del crecimiento económico que viene registrando ese país.
Mientras los americanos sigan cumpliendo con el corte obligatorio de combustibles vegetales, a partir del corte de sus naftas con el etanol producido a partir del maíz, y los chinos sigan con estas tasas de crecimiento económico, la demanda global de maíz seguirá creciendo a un ritmo mayor al de la oferta. Por eso llevamos tres años donde el aumento del consumo no puede ser igualado por el aumento de la producción, y esto ha producido caída de las existencias por tercer año consecutivo.
Sólo en estos últimos tres años el consumo mundial de maíz aumentó en 90 millones de toneladas, pasando de 782 millones al récord actual de 872 millones de toneladas; mientras que la producción aumentó solamente en 68 millones de toneladas, lo que provocó una reducción de las existencias finales tanto a nivel global como a nivel del mercado americano, por tercer año consecutivo.
Con este escenario por delante, la demanda de maíz seguirá firme durante 2012 y la situación podrá revertirse solamente si los americanos consolidan un aumento de superficie para su campaña de maíz 2012/2013 de por lo menos cuatro millones de hectáreas o su equivalente de 40 millones de toneladas. Si esto no sucediera, la firmeza del precio del maíz no tiene límites.