El gobierno bonaerense solicitó formalmente ayer un cupo especial de exportaciones para el trigo que se coseche en el sur de la provincia, que se estima estará en el orden de 4,6 millones de toneladas, para que pueda despacharse desde los puertos de Bahía Blanca y Quequén.
El pedido fue elevado al Ministerio de Agricultura nacional, que conduce Julián Domínguez, por el ministro de Asuntos Agrarios bonaerense, Ariel Franetovich, mediante una carta, difundida ayer por la cartera provincial.
En la misiva, Franetovich le informó al jefe de la cartera agropecuaria acerca del nivel de stock triguero con el que cuenta Buenos Aires para la campaña que se está cosechando y remarcó que espera que esos datos “permitan determinar un cupo exportable mucho más justo” para la provincia.
El pedido bonaerense llega luego de que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, aprobara cupos exportables por apenas 2 millón de toneladas para diciembre y enero, lo que genera distorsiones en el mercado cerealero y quejas reiteradas de los productores, que sufren descuentos por su trigo del orden de u$s 50 la tonelada.
La mesa de enlace agropecuaria nacional resolvió la semana pasada iniciar un plan de acción, por ahora sin protestas, para encontrar una salida a esta situación de mercado que se repite hace 4 años. Entre esas acciones, figuran reuniones con los gobiernos de las provincias trigueras. Uno de los primeros en recibir a los referentes ruralistas fue el gobierno de Daniel Scioli. Franetovich recibió el viernes a la mesa de enlace provincial, que manifestó la preocupación por el trigo y la ganadería.
En la carta a Domínguez, el ministro bonaerense afirmó que la producción triguera provincial ascendería este año a 7,7 millones de toneladas. A eso debe sumarse un excedente sin comercializar de la campaña previa de 1,5 millón de toneladas “Contaríamos entonces con 9,2 millones de toneladas para el transcurso del año”, planteó.
El ministro recordó que los molinos harineros suelen comprar el cereal cerca de su ubicación –norte bonaerense, Santa Fe y Córdoba– y sostuvo que, en ese contexto, el sur de Buenos Aires este año representará el 60% de la producción triguera provincial y que queda en desventaja frente al resto de las regiones productivas.
Esa zona, continuó, “no tiene demasiadas alternativas que la producción de trigo y se encuentran alejados del asiento geográfico de la industria molinera”.
“La situación en esta región deberá ser analizada en forma diferencial, debiendo contar con un cupo preferencial de exportación para los puertos de Quequén y Bahía Blanca”, señaló Franetovich, porque sino “quedaría sin posibilidades de comercializar”.